domingo, septiembre 24, 2006

LA VERDADERA EVOLUCIÓN



Al inicio del nuevo milenio, los adelantos tecnológicos han revolucionado la forma de vida de los seres humanos en el planeta. ¿Estamos en la cumbre de nuestra evolución como especie?

Aparentemente el siglo XX terminó dejando a la humanidad en la cumbre de su evolución. Internet, súpercomputadoras, redes inalámbricas, celulares, reconocimiento de voz y realidad virtual son algunas de las tecnologías en ebullición. El futuro de la tecnología es impredecible. El MIT está desarrollando computadoras tan pequeñas que podrán ser parte de nuestro vestuario. Tenemos ya una estación espacial, y es posible que pronto un hombre aterrice en Marte: ¿Es esto evolución?

¿Se puede hablar de una gran evolución en un mundo de guerras y matanzas? ¿En un mundo en el que una gran parte de la población muere de hambre? ¿En un mundo donde reinan el miedo y el egoísmo? ¿En un mundo en el que la mayoría sólo ve su beneficio personal?

En su libro “The Seat of the Soul”, GARY ZUKAV, sostiene que la verdadera evolución humana viene cuando se desarrollan actividades por encima de sí mismo, cuando se hace servicio desinteresado, cuando se deja de pensar sólo en los beneficios personales y uno se preocupa por los demás. La evolución del hombre no radica en la tecnología, sino en su nivel de conciencia. Si por un momento todos los seres humanos se dedicaran a entregar amor en vez de pedir y reclamar, acabarían las guerras, desigualdades, injusticias y miedos. La esencia del hombre es servir a sus pares, pero lo hemos olvidado. Según un estudio realizado en Tecumesh, Michigan, los hombres que no hacían servicio desinteresado tenían 2,5 veces mayor probabilidad de morir que los que lo hacían. El Servicio es una fuente de salud, pero sobre todo, es una fuente inagotable de paz y felicidad.

¿Cómo empezar a cambiar el mundo? ANTHONY DE MELLO cuenta una historia en su libro “El Canto del Pájaro”: “Un hombre rezaba a Dios para que cambie el mundo. Como no pasaba nada, comenzó a pedir que por lo menos cambiara a las personas cercanas a él. Pero el tiempo pasó y no hubo cambios. Cerca de su muerte se dio cuenta del tiempo perdido, y pidió a Dios que le diera fuerzas para cambiar él. Finalmente, se dio cuenta de que la única forma de cambiar el mundo es cambiando uno mismo primero, y dando el ejemplo a los demás”.

Recopilación

RÓMULO ELGUETA LAGOS

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