domingo, septiembre 03, 2006

ACTITUD MENTAL POSITIVA


Me pareció tan atingente y necesaria esta receta que te la hago llegar para que la experimentes y seas más feliz en tu vida.

Tu amigo

Rómulo Elgueta Lagos


RECETA PARA EL ÉXITO


Alfonso Barahona


Durante los últimos años el mercado del libro ofrece una diversidad de obras que entregan sus fórmulas para lograr el éxito sin mucho esfuerzo, la felicidad en doce sesiones o cómo dominar a la gente moviendo los catorce músculos que controlan la sonrisa.

Deben ser muy pocos los que hayan hecho el esfuerzo de leer, estudiar y, sobre todo, de aplicar las técnicas allí planteadas.

Muchas de ellas corresponden a idiosincrasias diferentes de la nuestra, amén de la dificultad típica de la traducción, que a veces aleja al autor de sus lectores.

Aquí le ofreceré una fórmula simplificada al máximo, pero no por eso menos eficaz:

AMP + AP + E = ÉXITO

No se asuste, esto nada tiene que ver con las matemáticas.

El primer elemento se refiere a algo muy escaso en este país, ACTITUD MENTAL POSITIVA (AMP).

A como dé lugar nos ingeniamos para buscar lo malo en todo acontecer, pasando por alto lo bueno como si fuera peligroso.

Esta actitud negativa nos va intoxicando, no sólo la mente sino además el cuerpo.

Es sabido que las personas con actitud mental negativa son más propensas a enfermarse.

Además, hay bastante evidencia de que el cáncer se desarrolla más frecuentemente en este tipo de personas que en las más positivas.

En cambio, los que practican la AMP (Actitud Mental Positiva), tienen mejor salud, son más felices y desaceleran el envejecimiento.

Esto no es una afirmación antojadiza, por el contrario, se basa en estudios científicos que relacionan dicha AMP con la aparición en sangre de las “ENDORFINAS”, un tipo de hormonas vinculadas con el bienestar físico y mental.

El segundo factor de nuestra fórmula es la AP (Autopercatación) que es el requisito fundamental para percibirnos nosotros mismos, tal como somos y no como creemos que somos.

Se trata también de algo escaso. Es la capacidad para estar alerta, de darse cuenta de nuestros propios comportamientos y actitudes. Porque vivimos con un mínimo nivel perceptivo o de conciencia.

De este modo cometemos errores e injusticias, podemos producir sufrimientos, frustraciones, accidentes, etc. Y todo esto –sin darnos cuenta- creyendo que actuamos correcta y positivamente.

No es normal que se nos enseñe la Autopercatación (AP), cuando debiera ser un tema obligatorio ya que es una habilidad que se puede aprender y desarrollar. Sobre todo, por su impacto positivo en las relaciones interpersonales.

El tercer elemento es E (Empatía). Es la capacidad de ponernos en perspectiva con el otro. Tampoco es fácil su aplicación, ya que estamos acostumbrados a nuestras propias anteojeras del egoísmo y la estrechez de criterio.

Requiere mucha imaginación ponerse en el lugar de otra persona que es de otra cultura, edad, sexo, religión, etc.

No se trata de renunciar a nuestros puntos de vista. Sólo es la adquisición de informaciones o antecedentes que nos permitan comprender mejor a otra persona y así llegar a una convivencia más sana y productiva.

De la E (Empatía), surgen las condiciones para mantener comunicaciones asertivas. Es decir, adecuar nuestro vocabulario, nuestra actitud o disposición a las características diferenciadoras que nos distancian de nuestro interlocutor.

Usted comprenderá que si establece una matriz de vida en base a lo positivo; si ejercita la AP (Autopercatación), para asegurarse que se mantiene en esa línea; y si se atreve a desprenderse de las anteojeras al relacionarse con los demás, producirá un vuelco benéfico en su vida y en la de los que lo rodean.

No le garantizo que esta fórmula lo haga millonario, pero le aseguro que las caricias y el afecto que recibirá lo harán muy feliz.

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