LA LECTURA NOS PERMITE ENTRAR A UN MUNDO DISTINTO
EL HÁBITO DE LEER
El hombre que no ha tenido el hábito de leer está prisionero en su mundo inmediato en cuanto a tiempo y espacio. Su vida cae dentro de una rutina establecida; se limita al contacto y la conversación con algunos amigos y conocidos, y no ve más de lo que sucede en la vecindad. De esta prisión no hay fuga posible.
Pero en el momento en que toma un libro entra en un mundo distinto, y si se trata de un buen libro, inmediatamente entra en contacto con uno de los mejores charlistas del mundo. Este charlista lo guía y lo conduce a una nación diferente o a una época distinta, descarga en él algunos de sus remordimientos personales, o lo invita a discutir algún tema especial o un aspecto de la vida de la que el lector nada conoce.
Un autor antiguo lo pone en comunión con un espíritu desaparecido hace muchos años y según el lector avanza, comienza a imaginar la apariencia y el tipo de persona que era el escritor. Tanto Mencio como Ssema Ch’ien, los más grandes historiadores de China, han expresado la misma idea.
Por lo tanto, poder vivir un par de horas en un mundo y alejar nuestros pensamientos de las exigencias del presente inmediato, es un privilegio que deben envidiar aquellos que se encuentran presos en sus cárceles corporales.
LIN YUTANG
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