viernes, febrero 02, 2007

HOMBRE DE FLORES

El cráneo del hombre de Flores no pertenece a un Homo sapiens

El cráneo del hombre de Flores no pertenece a un Homo sapiens
PNAS Imágenes virtuales del cráneo de Flores (derecha) y el de un hombre moderno con microcefalia

La imagen tridimensional, recreada por ordenador, del cerebro del Homo floresiensis a partir del cráneo hallado en la isla indonesia de Flores en 2003, refrenda la hasta ahora controvertida tesis de una especie diferente dentro del género Homo, frente a quienes sostienen que se trata de un Homo sapiens con enanismo, o con algún tipo de patología causante de microcefalia.

Un equipo de antropólogos de la Universidad del Estado de Florida, dirigido por el profesor Dean Falk, ha reconstruido en imágenes virtuales el interior de la bóveda craneana del Homo floresiensis, y ha comparado las características halladas con el interior de los cráneos «virtuales» de diez seres humanos normales, de Homo sapiens, por tanto. También con el interior de otros diez cráneos de personas con microcefalia primaria o secundaria, producto respectivamente de casos de enanismo genético o de detención del desarrollo cerebral provocado por una enfermedad degenerativa.

Las imágenes virtuales en tres dimensiones permitieron clasificar y medir los efectos de la microcefalia sobre el tamaño y la forma del cerebro -atendiendo a cuatro variables morfológicas-, explican los investigadores en el último número de la revista de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense (PNAS, Proceedings of National Academy of Sciencies)

Enanismo y microcefalia

El cerebro de una persona enana es clasificado, atendiendo a las variables estudiadas, como el de un sujeto que sufre de microcefalia; mientras que el del hombre de Flores presenta «todas las características estructurales de un cerebro humano normal», concluyen los investigadores.
Todas sus características, salvo el tamaño, ya que la capacidad del único cráneo de Homo floresiensis hallado hasta la fecha, de una mujer adulta de unos 30 años de edad, presenta una capacidad craneana de 417 centímetros cúbicos, frente a una media de 1.300 para una mujer del género Homo sapiens.

Los autores del estudio concluyen que estas investigaciones «confirman la tesis del Homo floresiensis como una especie humana diferente del hombre moderno, y pueden además servir para diagnosticar casos de microcefalia en la actualidad», destaca el estudio.
El esqueleto, incluyendo un cráneo casi completo, del Homo floresiensis fue descubierto en 2003 en las capas de sedimento del interior de la cueva de Liang Bua, en la isla indonesia de Flores. La antigüedad de estos huesos fue estimada en 18.000 años, y correspondían a una mujer con una estatura de 106 centímetros. Posteriormente fueron hallados restos óseos de siete individuos más, aproximadamente de la misma talla, pero ningún otro cráneo.
Los autores del descubrimiento concluyeron que se trataba de una especie diferente e igualmente evolucionada que el Homo sapiens al analizar la impresión del cerebro en la caja craneana.

Las dos corrientes

Richard Roberts, de la Universidad de Wollongong (Australia) y codescubridor de los restos, abanderó la tesis del Homo floresiensis como especie diferente. Otros antropólogos consideraron, tras examinar el cráneo, que se trataba simplemente de un pigmeo afectado de microcefalia. Este es el caso del profesor Robert Martin, de Chicago, coautor de un estudio publicado en la revista «Science» en 2006, quien estimaba que este cerebro era demasiado pequeño para pertenecer a una nueva especie humana.

Los estudios realizados en Florida por el equipo del profesor Falk abundan en la tesis mayoritaria entre los paleoantropólogos, la del hombre de Flores como otra especie del género Homo, diferente al humano moderno. Las investigaciones de campo en el yacimiento de Liang Bua, paralizadas desde 2005, serán reabiertas este año, por lo que el hallazgo de nuevos cráneos podrían zanjar esta polémica.

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