sábado, julio 22, 2006

OCIO

Un estudio alemán compara los videojuegos con el alcohol y el cannabis

EFE

EL PAÍS - 20-07-2006

"Las reacciones cerebrales de las personas que juegan con videojuegos en exceso son similares a las de los alcohólicos o los adictos al cannabis", explica Ralf Thalemann, del Instituto de Medicina Psicológica de la Universidad Charité de Berlín.

Este estudio se presentó en Viena en el V Foro Europeo de Investigadores de Neurociencia, que se celebra del 8 al 12 de julio y ha reunido a miles de científicos que estudian los procesos cerebrales.

Si los jugadores de videojuegos someten al cerebro de forma continua a ciertos estímulos de recompensa que causan la liberación de cantidades crecientes del neurotransmisor llamado dopamina, se crea "una memoria de la adicción" que tiene efecto en la actividad cerebral.

En pruebas realizadas a más de 7.000 personas, los investigadores descubrieron que más de el 10% tenían esa "memoria de la adicción" grabada en el cerebro.

El equipo de investigadores coordinado por Thalemann quiso investigar sobre el resultado cerebral de esa adicción y para ello comparó las reacciones cerebrales que suscitaban imágenes de un videojuego en 15 jugadores "normales" con las de otros 15 que pasaban mucho tiempo frente a la pantalla del ordenador.

Los científicos comprobaron que los jugadores que dedicaban más horas a su afición tenían una actividad cerebral mucho más elevada que los otros ante ese estímulo, y que las imágenes de los videojuegos tenían una asociación positiva para ellos. "Podemos decir, en definitiva, que el electroencefalograma y el modelo de electromiograma de quienes juegan en exceso a videojuegos es comparable al de los adictos al alcohol y al cannabis", afirmó Thalemann.

Ello se debe a que "el sistema de recompensas cerebrales se encuentra activado y las experiencias positivas son almacenadas en una memoria de la adicción en el cerebro", agregó.

El científico sugirió que los padres que sospechen que sus hijos son adictos a los videojuegos deberían buscarles otras actividades alternativas que cumplan la misma función de "elevar el amor propio" de los jóvenes.

Los investigadores también aseguran que, al contrario que el alcohol y las drogas, los videojuegos no crean dependencia física, pero se debe enseñar a los menores a jugar con control.

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