EL VALOR DE UNA SONRISA

AQUÍ ENTRE NOS: El poder de la sonrisa

Ana Nogales
Especial para Vida y Estilo

19 de enero de 2007

Recuerdo la canción de Palito Ortega que decía: "Una sonrisa puede más que un grito, puede más que todo; si te sientes triste, si te sientes solo, busca una sonrisa que te hará feliz…" y sólo recordarla me hace sonreír.

Una canción tan sencilla, que hoy podría ser el eje del movimiento de la nueva era, encierra tanta verdad en sus palabras.

Pero las sonrisas pueden ser entendidas de diversas maneras, ya que no siempre tienen las mismas intenciones.

Un estudio de la Universidad de Washington hecho por los doctores Steven Martinenza y Julie Woodzicka comprobó que las mujeres sonríen más que los hombres, pero no necesariamente dichas sonrisas son genuinas.

Esto no significa que las mujeres sean falsas, sino que su sonrisa trae consigo una meta: las mujeres entienden más el poder de una sonrisa y por ello están conscientes de su expresión facial.

Por el contrario, los hombres están menos pendientes del impacto que puedan tener en otras personas, y su sonrisa es más dirigida a caer bien o porque les divirtió algo que vieron o escucharon.

La sonrisa desarma el enojo y une a las familias en tiempos de crisis. Sin embargo, muchos sonríen cuando cualquier otra persona diría que no tiene nada de agradable la situación.

Por ejemplo, cuando se hacen comentarios derogatorios o racistas, muchas personas sonríen, o ¡incluso se ríen! Posiblemente existan varias explicaciones para esta dicotomía, pero la más acertada podría ser que la persona quiera evadir sentirse humillada y entonces se una a la intención del burlón para tomar distancia de su propio grupo de pertenencia.

También es una forma de evadir la tensión que pudiera producir un comentario despectivo. Además, así como una sonrisa aplaca y suaviza cualquier momento de discordia, una sonrisa puede convertirse en un juez que condena la inconsideración o falta de respeto.

El buen humor también puede prevenir enfermedades del corazón. Cuando sonreímos, aumentan las células que destruyen tumores y virus, tanto así como los anticuerpos que nos permiten inmunizarnos contra ciertas enfermedades.

La sonrisa baja el nivel de presión arterial, mejora el funcionamiento de la mente, nos ayuda a conectarnos con los demás, facilita la relajación y el bienestar y aumenta el oxígeno en la sangre, lo que ayuda a la recuperación.

Con todo esto, no queda más que concluir que es una medicina natural, que no cuesta dinero ni esfuerzo, que es de fácil acceso y que si llegara a producir adicción, no sería nociva.

Por el contrario, la sonrisa puede llegar a ser contagiosa, ¡lo que trae como consecuencia, el bienestar de quienes nos rodean!